Herejías

 Hereje (persona descreída): Se dice de quien debiendo creer, no lo hace y critica su deber.


"¿Quién conoce la profundidad  del océano y sus espacios; del mundo y sus recovecos; del cielo y su inmensidad?"


Dentro de cada territorio cohabitan seres, cada uno pendiente del otro, a algunos de ellos a veces les dicen herejes.  Sus actos consisten en dudar de lo que desde las alturas les muestra el sol. 

Se consideran promotores de la desmesura. 
En las inmensidades del mar, reconocen estar nadando de múltiples maneras, casi siempre a contracorriente.

Esculpen sus figuras a partir de aquello que emana de lo que observan y escuchan, saben provocar, son herejes lúdicos por antonomasia.

Viven en constante pregunta y con algunas certezas. Podemos no creerles y vivir con ellos. 

Sus odios y rencores los transmutaron,  los pusieron a disposición de quien quiera seguir teniendo sentires banales. 

Aman y se dejan amar, siempre que sean claras las lealtades.

Su altura no consiste en las dimensiones de sus cuerpos, sino en la  actitud en que se situan para ver lo que otros no quieren. 

Las herejías que salen de sus bocas pueden desesperar a quien les oye, a un grado de impulsar el acto de  desbarrancarlos  de un risco, o apedrearlos en medio de la multitud. 

Es un riesgo hablar como hereje, pero no por eso dejan de expresarse.

Después de un diálogo, no hay manera de olvidar a estos seres. Asumen aquello con lo que han decidido vivir y están dispuestos a seguir su camino, expuestos al escrutinio de quien los juzga como diferentes.  

Saben del precio de vivir en soledad.

No claudican en su búsqueda constante, eso les mantiene vivos y presentes en los sitios que han forjado juntos.


Su frontera es el poder de otro igual de poderoso, pues hallan, en el reconocimiento del otro, la trascendencia de ellos mismos.


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