El nuevo magia blanca
Entre botellas de refresco y bocanadas de humo dispusimos unas horas de la madrugada. Contamos chistes y recordamos nuestras reglas de vida, las cuales llevamos a cuanta relación tuvimos desde la adolescencia: No tener apegos No extrañar Saber decir NO Me convertí en su escribano, pues me dijo más sentencias de las que pudiera recordar, algunas de ellas las tuvo que repetir, haciéndome prometer que no compartiera mayores datos de ellas. Decía -Manuel, “hay cosas que nunca se deben decir ni en pláticas, por piedad o perdón a esa persona. Porque hasta en el más miserable, siempre hay un rinconcito para Dios” Al inicio no entendí del todo estas palabras, conforme avanzaron las horas supe el significado. En el enredo de las cosas pasadas iba cachándole sus dotes de hacer alegorías como esta, en torno a la fidelidad y su diferencia con la lealtad en las relaciones: "La fidelidad es como comer gansito con todo y empaque, mientas que la lealtad es comérselo a mordiscos y